La bola de saliva y caricias
se me clava en la garganta
y no baja
-ni con besos-
Luego
la música del coche
me traslada
a las noches
con desayuno y pijama
a pintadas con tizas
de colores
a la alegría de tus hijas
(de mis niñas)
Golpeo el volante y miro
por la ventanilla
como te alejas por la AP9
sonrío, me relajo
Cuando por fin trago
queda un hueco
que va
desde la boca
al estómago
(sólo se llenará el viernes)
en otro parking
en otra ciudad
10 Junio’12
A Coruña
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